La tensión arterial es la presión con la que la sangre
circula por el interior de las venas. Esta presión depende de dos factores: la
energía de contracción del corazón, que es la fuerza con la que este empuja la
sangre, y la resistencia periférica que se encuentra esta a su paso, y que
depende a su vez de tres factores: calibre de los vasos sanguíneos, velocidad
de la sangre y viscosidad de la misma.
Es una dolencia que se caracteriza por una presión arterial
elevada, debido básicamente a la resistencia periférica que los vasos
sanguíneos ofrecen a la circulación de la sangre.
Los signos físicos de la hipertensión se muestran en el
paciente sobre el cerebro, los ojos, el corazón, los riñones y la aorta.
Las causas de la hipertensión esencial son múltiples, desde
factores genéticos, factores adquiridos por malos hábitos de vida, colesterol
alto, cambios hormonales como en la menopausia, el consumo excesivo de sodio,
etc.
La hipertensión secundaria puede encontrarse también debido
trastornos de las glándulas de secreción interna, en los trastornos del corazón,
del sistema nervioso y circulatorio.
Tratamiento
-
Reposo físico y mental del enfermo, quien debería estar
razonablemente aislado de los problemas ajenos. Evitar las alturas. Si padeces
de hipertensión puede venirte bien unos días de playa.
-
Régimen láctico-vegetariano. Pan sin sal. Los huevos,
prohibidos, y mucho más la sal. Incluir las frutas, especialmente las peras, y
todo lo que se coma sin cocinar. Es recomendable realizar ayuno una vez a la
semana.
-
La cura del ajo y la del limón. Comer dientes crudos
todos los días y zumo de limón, y frutas y verduras, sin freir.
-
Sustituir las bebidas por agua de limón. Se le puede
añadir un poco de azúcar.
-
Prohibidos los alimentos que integran sal en su
manufactura, como las patatas fritas, cacahuetes, aceitunas, encurtidos, etc.
En cuanto a las plantas
medicinales las más indicadas son la valeriana, el muérdago y el espino blanco.
Se pueden tomar en tintura, diez gotas al día o en infusión, dos tazas diarias.
La tintura de árnica se
puede tomar a razón de diez gotas al día
como preventivo del ataque de aplopegía
derivado de la hipertensión. También son recomendable la cola de caballo por su
alto contenido en silicio, y el fucus vesiculoso por su riqueza en yodo.
También son aconsejables los baños relajantes con agua
caliente, nunca con agua fría, ya que se conseguiría un resultado
contraproducente.
Y por supuesto, caminar y respirar tranquilamente al aire
libre. Salir a pasear todos los días ayuda a bajar la tensión.
(Fuente enciclopedia de medicina natural por Dr. J. Sagrera
Ferrandiz)
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