domingo, 15 de septiembre de 2013

La cura mágica contra la depresión.



El positivismo creativo o, ¿por qué mi perro es feliz y yo no?

La ley de la Atracción dice que atraemos aquellas cosas que tenemos en la mente, el problema es que el estado anímico de nuestra psique condiciona esa afinidad, y puede llevarnos a atraer aquellas situaciones que precisamente no deseamos. Esa situación conlleva a un aumento del stress que desemboca en la depresión.

Hay dos tipos de depresiones. Una es natural y depende de los biorritmos, y otra, que es la que nos interesa, es recurrente, y no depende de biorritmos, sino de estímulos externos, ya sea situaciones no resueltas, o la actuación de personas dañinas. La depresión es la enfermedad de las “Tres D”: Desesperación, Desamparo y Desventura.  Para superar esa situación hay que eliminar las circunstancias vitales que generan esos tres venenos psicológicos. Y vamos a explicar a continuación la forma de conseguirlo.

Para el primer tipo de depresión, la de origen endocrino, la solución es dejar pasar el tiempo, pues es un periodo que se toma el cuerpo para purificarse. El segundo tipo es del que vamos a hablar, porque afecta de una manera más nociva a nuestra psique alterando negativamente nuestro estado anímico. Se deberían cambiar los hábitos dañinos diarios, como ver la tele. Esta “máquina diabólica” convierte a las personas en vegetales traga estímulos, y  el continuo bombardeo de noticias negativas nos crea una angustia innecesaria. Por el contrario, deberíamos practicar más la lectura, libros que nos hagan volar a otros mundos y circunstancias. Basándonos en esto último y para cambiar el vórtice  involutivo que crea la depresión hay que eliminar los pensamientos perjudiciales, desplazar de nuestro lado a las personas malsanas y rodearnos de gente de mentalidad constructiva. Y para ello se puede utilizar la técnica del positivismo creativo.

La técnica consiste en realizar una visualización antes de irse a dormir, estando ya acostados. Tumbados boca arriba, nos imaginamos estar en una playa paradisíaca, con palmeras y cielo azul. Tratamos de sentir el rumor de las olas y el frescor de la brisa, manteniendo la mente concentrada en ello hasta que nos durmamos. Luego, en estado de vela, trataremos de apartar de nuestra cabeza todos aquellos pensamientos negativos que nos vengan, transmutándolos en positivos o directamente pensando en cosas positivas. En caso de situaciones insuperables, lo bloqueamos todo y nos vamos a nuestra playa, para meditar y dar la respuesta correcta al conflicto.

Durante el periodo de vela, cuando estamos despiertos, hay que huir de pensamientos negativos, o que nos empujen a la negatividad. Si estamos con personas que nos amargan la vida, debemos separarnos de ellas si no cambian de actitud. En la enfermedad hay que ser egoístas, nosotros somos los enfermos y nos queremos curar.

Eliminados los elementos negativos, buscaremos elementos positivos: aromas a flores, animales juguetones. El olor a bebé es un buen antidepresivo para las mujeres, porque estimula la producción de estrógenos. Si no hay niños cerca, podemos probar con colonias infantiles. A nuestra mente se le engaña fácilmente, y las colonias infantiles también evocan momentos felices de la infancia. Si vamos al cine, elegiremos películas que suban la adrenalina. La mente sabe que son situaciones falsas y no produce las sustancias que nos hacen tener miedo, por lo que al salir, nos mostramos optimistas y alegres por haber pasado un rato divertido.

Tras un breve periodo empezaremos a ver cambios radicales, que serán más inmediatos según sea de fuerte la depresión que tengamos que superar.

Hay una serie de hierbas y alimentos que nos pueden ayudar a superar situaciones de depresión leves, como la tila, el toronjil, la avena (atención celiacos), la borraja, el romero o la verbena.

Antes de acostarse es recomendable un vaso de leche tibia endulzado con miel, pues produce un efecto sedante que viene bien para la visualización. (Ver ejercicio más arriba)

Las infusiones de albahaca y de damiana son excelentes estimulantes con efectos antidepresivos, la segunda especialmente para los hombres por que actúa sobre su sistema endocrino.

Al levantarse y al acostarse darse un baño vertiendo en el agua aceite esencial de jazmín o toronjil. La aromaterapia también ayuda, por eso recomendamos oler flores frescas, rosas, jazmín, etc. el baño caliente también tiene efecto relajante.

Numerosos estudios han puesto de moda el  uso del hipérico para el tratamiento de depresiones leves. Se trata de una planta silvestre que puede sustituir a los antidepresivos con la ventaja de no tener efectos secundarios. Su nombre científico es Hypericum perforatum, vulgarmente conocida como corazoncillo de San Juan. La acción de esta hierba es progresiva y se manifiesta positivamente en la concentración mental (atención estudiantes) la capacidad de asociación de ideas y la memoria.

Alimentos y  bebidas prohibidas: el alcohol, café, té, refrescos de cola, por ser excitantes, (no queremos estar nerviosos, (estado negativo) si no estimulados (estado positivo))  Si se están tomando medicamentos que contengan monoaminooxidasa, eliminar de la dieta quesos curados, carnes enlatadas, hígado de polo o ternera. Y el alcohol, por supuesto.

¿Y el tabaco? Hay gente que dice que el fumar le relaja. Recitad este mantra trescientas veces seguidas antes de iros a dormir y recién levantados: “tabacocaca”. El efecto relajante del tabaco se debe a saber que sustancias sicotrópicas le añaden. Las drogas sólo bajo prescripción médica. Practicad yoga. Si no os relaja, por lo menos no os perjudica.

Practicar ejercicio con regularidad ayuda a eliminar  toxinas del organismo a través del sudor. También anima a la ingesta de agua, máximo dos litros al día. (Si vuestro grifo no da buena agua, elegid la mineral). No recomendaría el consumo de bebidas “energéticas”, y menos las que contienen taurina, por ser un aminoácido no esencial para el humano que el cuerpo debe eliminar con un antagónico. Y ese antagónico produce depresión. Cualquier estimulante artificial es anulado mediante la acción de ese antagónico. Otras son compuestos minerales, eso ya va en vuestra conciencia. El agua de limón con un par de cucharadas de azúcar es lo mejor de toda la vida. Después del ejercicio, comed fruta fresca para quitaros el hambre. Y hablando de frutas, si tenéis depresión deberíais probad una dieta lácteo-vegetariana para eliminar toxinas, mejorar el tránsito intestinal y reducir la tensión y el colesterol. Consultadlo con el médico.

Y luego hay un súper antidepresivo natural y a mano: el orgasmo. Practicando sexo a menudo generamos dopamina y serotonina, las endorfinas responsables de la felicidad. Pero, cuidado. El coito realizado maquinalmente produce malestar, ese “sentirse sucia”, lo que hace aumentar el mal humor, y soledad, lo que lleva a la depresión. El sexo es cosa de dos (o más,J) y los dos deben llegar al éxtasis para que funcione correctamente. La masturbación no es mala, pero follando conoces gente.

Y si he conseguido arrancarte una sonrisa, te habrás dado cuenta de que el mejor antidepresivo que hay es el sentido del humor. Ríete mucho, siempre que puedas y de todo lo que te de la gana.

 

 

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